Capítulo 1137
¡Chiiir!
La puerta de hierro de la bodega vieja se abrió con un sonido desgarrador.
Neil empujó la puerta y encendió las luces. Él se encontraba en una bodega abandonada, llena de un olor mohoso y oxidado. En cuanto él encendió la luz, pudo ver las partículas de polvo flotando en el aire.
Neil frunció las cejas y se tapó la boca y la nariz antes de entrar.
El suelo estaba cubierto de polvo y heno. Theo, de aspecto sucio, estaba atado contra un poste de hierro en el suelo. Su rostro estaba cubierto de sangre seca y moretones.
Al sentir la luz penetrante en sus ojos, Theo se acobardó instintivamente. Después de un rato, cuando notó que nadie venía a golpearlo y que la otra persona tampoco hizo ningún movimiento, levantó lentamente la cabeza.
En cuanto él vio que era Neil, sus ojos se iluminaron.
Él abrió la boca y escupió con una voz extremadamente ronca. "Neil...".
Neil suspiró. Él se acercó, se agachó y cortó la cuerda que estaba atando a Theo. Él dijo: "Será mejor que me llam

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