Capítulo 3006

Cuando Shelly llegó a casa, vio el coche de Hayden delante de su edificio, pero no vio a su dueño por ninguna parte. ‘¿Habrá entrado ya?’, pensó ella mientras se apresuraba a entrar. Salió del ascensor y vio los zapatos de Hayden en la puerta de su apartamento. La puerta estaba abierta de par en par, pero no se escuchaba nada. Shelly no esperaba que Hayden llegara antes que ella y se dio cuenta de que él había ido a ver a Audrey. Ella corrió hacia la puerta y se puso las pantuflas. La señora Taylor se acercó inmediatamente a Shelly y le dijo: "Hablen ustedes dos. Yo iré a comprar algo de despensa". La señora Taylor ya le había dicho a Hayden todo lo que había que decirle, pero no sirvió de mucho. Al final, le tocaba a su hija y a Hayden tener una conversación privada. Después de responder a las palabras de su madre, Shelly entró a la casa. Hayden estaba en la sala, sosteniendo a Audrey en sus brazos. A su edad, Audrey no era tímida con los extraños y le agradaba cualquiera que la tuviera en brazos. Shelly contempló a Hayden mientras sostenía a Audrey en sus brazos. Sintió una gran calidez al darse cuenta de que Hayden realmente se preocupaba por su hija. "Shelly, ¿planeabas mantener a Audrey en secreto para siempre si no la hubiera descubierto yo mismo?", preguntó Hayden. Habiendo cerrado la puerta tras de sí, Shelly se acercó a él y le dijo: "Déjame que te pregunte una cosa: si le hubiera dicho a tu familia que había dado a luz a gemelos, ¿habrían acogido a los dos niños? Después de todo, no tengo mucho dinero, y estoy segura de que no querrían que los niños sufrieran conmigo". Con impotencia, Shelly se sentó en el sofá. "Aunque soy pobre, yo también quería tener a uno de mis hijos a mi lado. Si estuvieras en mi lugar, ¿tendrías una solución mejor?". Hayden comprendía los sentimientos de Shelly, pero seguía molesto por haber sido engañado. "Ahora sé que tengo una hija, pero ¿te la he quitado?", replicó Hayden. "Pero ni siquiera sabía qué clase de persona eras. No me atreví a correr el riesgo", explicó Shelly. "Nos conocemos desde hace tiempo, pero la idea de hablarme de ella no se te ha pasado nunca por la cabeza, ¿verdad?", continuó Hayden. "En ese caso, te pido disculpas. Lo siento. ¿Puedes no llevarte a Audrey? Llevo medio año con ella y hemos formado un profundo vínculo", suplicó Shelly. "También es mi hija, y yo también me preocupo por ella", dijo Hayden. "Pero tu familia ya tiene un niño", argumentó ella. "Audrey también es mi hija. ¿Por qué insistes en que renuncie a mi hija, Shelly? ¿Por qué tienes que hacerme elegir entre los dos niños?". La frustración de Hayden fue en aumento. Shelly bajó la cabeza, insegura de cómo responderle. "Entonces dime, ¿qué debemos hacer?". Shelly ya había hecho su petición, y mientras él no le quitara a Audrey, todo lo demás era negociable. "¿Por qué no me dijiste que estabas embarazada en ese entonces?". Hayden pensó que separar a los gemelos era una crueldad. "No nos conocíamos en absoluto. Además, estabas en el extranjero. ¿Esperabas que fuera a contárselo a tu familia? Habría sido muy incómodo", explicó Shelly. "Al principio, pensaba criar al niño yo sola. No tenía ni idea de que iba a tener gemelos. Es un poco abrumador criar a dos niños sola". Tras escuchar esto, Hayden volvió a enfadarse. "Entonces, ¿estás diciendo que, si solo hubieras tenido un hijo, me lo habrías ocultado para siempre? ¿Planeabas quedarte con mi hijo para ti sola?". "Ha sido una situación inesperada para los dos. Si no te lo hubiera dicho, tu vida no se habría visto afectada en absoluto. No quería abortar y no quería utilizar al niño como medio para obligarte a responsabilizarte de mí y del niño". Shelly expresó sus pensamientos. "Hayden, por favor, no te enfades. Audrey te ha estado mirando todo este tiempo. Puede sentir tu enfado y eso la asusta". Las palabras de Shelly tuvieron un efecto milagroso. Las cejas fruncidas de Hayden se relajaron al instante mientras bajaba la mirada hacia Audrey y susurraba: "No tengas miedo, cariño. No me estoy peleando con tu madre. Solo estamos negociando".