Capítulo 12
José dijo, con un tono pesado: —Ella te lo ocultó porque no quería que te culparas ni te sintieras responsable. Lo entendí, así que, después de saber la verdad tampoco se lo conté a tu mamá.
—Alejandro, María arriesgó su vida para salvarte, incluso perdió a un hijo... ¿y tú qué hiciste?
—Como hombre, fuiste tan cobarde que ni siquiera tuviste el valor de enfrentarla. ¡Cómo pude tener un hijo como tú!
A Marta se le humedecieron los ojos y su voz se volvió ronca. —Así que María sufrió tanto... y hace unos días todavía la regañé diciendo que su útero no servía...
El corazón de Alejandro se hundió de golpe; hasta sus labios temblaban. —¡No! ¡No lo creo! Ese niño no era mío, ¡no podía ser mío!
José dijo, sin rodeos: —¿Es que no lo crees o no te atreves a creer que, indirectamente, fuiste tú quien provocó la muerte de tu hijo?
Alejandro se puso pálido, quedándose en silencio durante mucho rato.
Laura habló, con cautela: —Señor José, quizá mi hermana lo engañó. Si el hijo era de Alejandro, el

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