Webfic
Abra la aplicación Webfix para leer más contenido increíbles

Capítulo 1

El día de la boda, Alejandro Pineda me quitó el vestido de novia y se lo puso personalmente a mi hermanastra. Con el rostro frío, me miró y dijo: —El título es para ti, pero el amor es para Malena. Cuando termine esta boda, iremos a registrar el matrimonio. A nuestro alrededor, la gente reía y apostaba si volvería a ser tan obediente como siempre. Después de todo, había esperado sola durante cinco años por este compromiso. Pero al salir de la iglesia, marqué un número. —Tía, lo que me propuso antes, lo acepto. Esa misma noche, un avión privado me llevó hacia mi nuevo hogar. Desde ese instante, el mundo de Alejandro y el mío quedaron completamente separados. Cinco años después, asistí a una recepción con mi hija en brazos. Y justo en la entrada, me topé con Alejandro, a quien no veía desde hacía cinco años. Cuando vio a la niña en mis brazos, una sonrisa de comprensión apareció en su rostro. —Cinco años, y al final volviste. Entrégale la niña a Malena para que la adopte; así, todavía podrá llamarme papá. Él no sabía que la niña no era suya. ... Al oír que alguien me llamaba por mi nombre, instintivamente volteé, y vi a Alejandro, después de cinco años. Con él estaba mi hermanastra, Malena Reynoso. —¡Hermana, de verdad eres tú! No pensé que volverías a buscar a Alejandro. En los ojos de Alejandro brilló un destello de asombro, pero enseguida fingió indiferencia. —Te dije que ella es como un perro: por más que la eches, siempre vuelve. Los amigos que venían detrás estallaron en carcajadas. —Alejandro, deberías enseñarnos cómo se entrena a un perro. —Se vistió tan elegante a propósito; seguro quería fingir un encuentro casual. —Cuando se entere de que Alejandro y Malena se casaron, se va a morir de arrepentimiento. Malena se tapó la boca para reír y, presumiendo, se aferró del brazo de Alejandro. —Hermana, ¿no lo sabías? Aquella vez que huiste de la boda por inmadura, papá decidió cambiar el compromiso y dármelo a mí. En ese tiempo, lo amaba con todo mi corazón. Aunque aplazó nuestra boda varias veces por Malena, yo seguía esperándolo. Pero luego, en plena ceremonia, me quitó el vestido de novia y se lo puso a ella. Desde ese día, me juré que nunca volvería a amarlo. Además, ahora tengo un esposo que me ama y una hija adorable, no tengo por qué seguir recordando a un hombre tan despreciable. Hoy mi esposo organizó una cena familiar para mi hija y para mí, no pensaba dejar que alguien tan indigno arruinara el día. Sonreí, levanté la mano y mostré mi anillo de matrimonio. —Felicidades a ustedes. En realidad, yo también estoy casada. El rostro de Alejandro se ensombreció al oír mis palabras. El ambiente se volvió gélido, y uno de sus amigos me habló en voz baja: —Julieta Reynoso, no hagas un berrinche. Cuidado y Alejandro te deje de verdad. Suspiré con resignación: —De verdad estoy casada. Hoy vine solo a la recepción. Apenas terminé de hablar, todos volvieron a reírse con burla. Malena me miró con desprecio: —Si vas a mentir, al menos que suene creíble. La única recepción que hay hoy aquí es la fiesta de cumpleaños de mi hija. No esperaba tal coincidencia: la cena que mi esposo organizó para mi hija y para mí coincidió con el cumpleaños de la hija de ellos. Mi esposo tiene una identidad especial, así que nuestra reunión no era pública. Era normal que ellos no lo supieran, y tampoco tenía intención de aclarárselos. Cuando me di vuelta para irme, escuché la voz de Alejandro detrás de mí: —En la fiesta de cumpleaños de mi hija no se permite la entrada a mendigos. Pero, por los viejos tiempos, puedo dejarte entrar a mirar un rato. —Después de todo, llevas años viviendo en la pobreza. Debe hacer mucho que no entras a un lugar tan lujoso. Sus palabras me resultaron tan ridículas que no pude evitar reír por dentro. Estos años he vivido junto a mi esposo en una isla privada. Esta vez regresamos porque él debía retomar la dirección del grupo familiar, y yo también quería recuperar todo lo que me pertenece. No quería perder más tiempo con ellos, así que me di vuelta para ir al salón. En ese instante, mi hija corrió hacia mí y se lanzó a mis brazos: —Mamá, ¿cuándo va a llegar papá? Al verla, Alejandro se quedó atónito por un segundo, y luego su expresión cambió a una sonrisa de falsa comprensión: —Con razón te comportas tan altiva, resulta que tuviste a escondidas un hijo mío. Levantó la cabeza con arrogancia: —Pero ya estoy casado con Malena. Esta niña solo puede ser adoptada a nombre de ella. Lo miré con asco. Valeria no era su hija. Estaba a punto de aclararlo cuando Malena intervino: —Hermana, en los años que estuviste ausente, papá me entregó el Grupo Reynoso. —Tú, una inútil que no sirve para nada, ¿cómo vas a mantenerte y criar a tu hija? Deja que la tuya trabaje como sirvienta de la mía, y yo me encargaré de criarla hasta que sea mayor. Me tembló todo el cuerpo de la rabia. Valeria, a quien mi esposo y yo cuidamos cinco años, ¿cómo se atrevían a decir que debía servir a otra niña? —Valeria no es tu hija. Aquella vez tomamos precauciones. Abrazando con fuerza a mi niña y mirándolos con repugnancia. Pero Alejandro no me creyó: —Todos saben cuánto me amabas. A lo mejor escondiste el condón y te embarazaste a propósito. Sus palabras me hicieron sentir una punzada amarga en el pecho. Así que él también sabía cuánto lo amé en el pasado. Por él lo perdí todo, esperando que algún día me mirara de nuevo. Pero lo único que hizo fue convertir mi amor en una burla. Por suerte, al final tomé la decisión correcta. Él fue un error del pasado, y el pasado debe quedarse atrás.
Capítulo anterior
1/8Siguiente capítulo

© Webfic, todos los derechos reservados

DIANZHONG TECHNOLOGY SINGAPORE PTE. LTD.