Capítulo 49
—¡Hola, mamá, aceptaste mi llamada!
Al contestar el teléfono, la voz de Gustavo sonaba cautelosa, pero también llena de alegría.
Pensaba que Silvia ya lo había perdonado, pues de otro modo no habría atendido la llamada.
—¿Qué pasa?
Silvia podía percibir la alegría en el tono de Gustavo, pero en su corazón solo quedaba la responsabilidad de ser madre.
—Mamá…
Gustavo notó la frialdad de Silvia, contuvo las ganas de llorar y, fingiendo alegría, dijo: —Mamá, saqué la nota máxima en el examen. He estado estudiando bien y portándome bien.
—Muy bien —respondió Silvia con el mismo tono indiferente.
No mostró alegría ni orgullo por el logro de Gustavo, como si ya no le importara que obtuviera buenas notas o no.
Al no escuchar el elogio de Silvia, Gustavo se sintió agraviado y desilusionado. —Mamá, en cuanto supe que saqué la nota máxima, lo primero que hice fue llamarte; ni siquiera se lo he dicho a papá. ¿No me vas a felicitar?
Antes, cuando no lograba la nota máxima, Silvia siempre lo animaba

Haga clic para copiar el enlace
Descarga la aplicación Webfic para desbloquear contenido aún más emocionante
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil