Capítulo 51

Dentro del auto, Patricia se inclinó un poco para tantear el terreno y preguntó: —Gustavo, ¿echas de menos a Silvia? Él giró la cabecita, como si temiera que Patricia se enfadara, y asintió con cierta duda. —Llamé a mamá para que viniera a mi reunión de padres, pero no aceptó. Su voz sonaba agraviada, con un deje de reproche. Patricia no lo interpretó así; lo único que escuchó fue que Gustavo era un desagradecido y que todavía pensaba en Silvia. Aun así, Patricia era astuta: no se atrevió a hablar mal de Silvia delante de él. En cambio, insinuó con delicadeza: —Silvia debe de estar muy ocupada. Aunque no esté trabajando, seguro que tiene sus cosas que hacer. Gustavo, no le des más problemas a tu mamá; de lo contrario, puede que le gustes aún menos. Gustavo respondió con un "mm" y no agregó nada más. Patricia, aparentando "ternura", lo estrechó contra su pecho, pero no esperaba que Gustavo la apartara. —Ya soy un niño grande, no puedo dejar que me estén abrazando todo el tiempo. El rost