Capítulo 79
Armando se quedó atónito; no esperaba que esas palabras salieran de la boca de Silvia.
Echó un vistazo a su vientre, pero no discutió con ella.
Al volver a casa esa noche, Armando por fin recordó prestar atención a Gustavo.
La habitación estaba en penumbra; solo una pequeña lámpara con forma de muñeco en la mesilla de noche iluminaba tenuemente.
Armando se acercó en silencio y vio que Gustavo tenía la cabeza completamente escondida bajo la manta.
Justo cuando iba a destaparlo un poco, notó que la manta temblaba levemente.
Al darse cuenta de lo que ocurría, tiró de ella y encontró a Gustavo hecho un ovillo, sollozando en voz baja.
—Gustavo...
—Papá, mamá sigue sin perdonarme...
Armando sintió un nudo en el pecho; frunció el ceño y lo tomó en brazos.
—Tu mamá... —Armando se detuvo un instante. No le contó que Silvia estaba embarazada y, en cambio, dijo—: Tu mamá está pasando por un momento especial; no es que no quiera perdonarte a propósito.
Pensó que, como Silvia estaba embarazada, las

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