Capítulo 14
En ese momento, a Sergio lo acababan de sacar de la sala de urgencias.
Como no tenía familiares cerca, el médico se acercó especialmente a Pedro para darle indicaciones detalladas:
—El paciente acaba de salir de cirugía, no debe sufrir ningún tipo de alteración emocional.
Pedro no dejaba de asentir, aunque lo único que podía hacer era sostener con tristeza los documentos que llevaba: los papeles del divorcio, el informe del legrado y el acta que confirmaba que ya estaban legalmente separados.
«¿Qué clase de locura es esta pareja?», pensó con la cabeza a punto de estallar. El jefe le había donado un riñón a su primer amor…
Y la señora, más radical aún, abortó sin decir nada y desapareció como si se la hubiera tragado la tierra.
Pedro sabía que ya era tarde para cualquier cosa, así que lo único que podía hacer era aprovechar el tiempo para averiguar dónde estaba la señora.
Mientras tanto, en la habitación, Sergio despertó.
Apenas abrió los ojos, recordó todo lo que había visto dentro de

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