Capítulo 117
Ximena aún no había dicho nada cuando, del otro lado, se escuchó la voz de Carmen: —¿Quién es?
Las palabras de Ximena se le quedaron atascadas en la garganta, tan secas que le costaba tragar y hablar.
¿Diego ya no había guardado su número con su nombre para que apareciera en la identificación de llamada?
Bajó la mirada hacia sus pies y solo preguntó: —¿Dónde está Diego?
—Está aquí al lado, pero me temo que hoy no tiene tiempo para atenderte —respondió Carmen, con un tono sereno.
Ese aire de tranquilidad y seguridad, como si Ximena fuera solo esa "amante" oculta a la que se podía despachar de cualquier manera.
Ximena frunció el ceño.
Antes de que pudiera responder, escuchó la voz de Adrián al fondo: —Señorita Carmen, llamaron de la pastelería para preguntar si desean que lleven el pastel primero.
Sin dudarlo, Ximena colgó la llamada.
Permaneció mucho rato en el mismo sitio, con el rostro pálido; sin poder evitarlo, frunció el ceño y se frotó el abdomen, pues la incomodidad se intensific

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