Capítulo 135
Cuando Ximena regresó a Villa La Estrella, doña Lorena estaba dando instrucciones a Eva para que preparara una sopa.
Desde la cocina llegaba el sonido burbujeante de la olla, y un suave aroma fresco comenzaba a impregnar el ambiente.
Doña Lorena vio entrar a Ximena y la recibió con cariño: —¿Cómo que solo vienes tú? ¿Y Diego? ¿Está estacionando el auto fuera?
Ximena respondió con calma: —Él tenía algunos asuntos, yo vine primero.
El rostro de doña Lorena se ensombreció al instante: —¡Por más importante que sea, ya ha terminado su jornada! ¿Qué puede ser tan urgente como para retenerlo?
Ximena solo sonrió y no explicó nada.
—¿Últimamente están tan ocupados en el trabajo? —Doña Lorena le pidió a Eva que sirviera un vaso de zumo, —Eva dice que tú y Diego casi no regresan por aquí, ¿qué ocurre?
Esta vez, Ximena estuvo a punto de responder, pero se contuvo.
A todas luces, doña Lorena aún no estaba al tanto de la situación; seguía pensando que estaban ocupados por el trabajo, y la miraba con

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