Capítulo 138
Diego contestó, su voz clara y serena no dejaba entrever emoción alguna: —¿Qué pasa?
El espacio dentro del auto era tan reducido que, aunque Ximena no quisiera escuchar, no pudo evitar oír la voz mimosa de Ana al otro lado de la línea: —Diego, ¿ya deberías estar saliendo, verdad? Ven a recogerme.
Diego nunca accedía a todo lo que Ana pedía; al contrario, la mayoría de las veces era bastante frío con ella. Le respondió con indiferencia: —¿Soy tu chófer?
Ana no pudo evitar encogerse, murmurando con tono agraviado: —Solo es de paso, ¿por qué no puedes llevarme? Ya le pregunté a la abuela, y seguro que pasarás por aquí cuando salgas de allá.
Diego no quiso perder más tiempo discutiendo con ella: —Espera.
Le indicó una dirección al conductor.
Luego volvió la cabeza y miró a Ximena: —Voy a recogerla, ¿te molesta?
Ximena negó con la cabeza: —No pasa nada, luego solo déjame en la carretera.
En realidad, ella tampoco tenía intención de ir en su auto.
—Está de camino a Zenith Innovations, te dej

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