Capítulo 144

Este es el balneario más grande, con la mejor vista, donde se pueden ver los fuegos artificiales elevándose al cielo y las imponentes montañas a lo lejos. Ximena pronto se dio cuenta de que algo no estaba bien. Había venido con traje de baño, y si se quitaba el albornoz, probablemente sería inapropiado. Decidió sentarse en una silla cerca del borde y observar a Gabriel, a ver a qué lado se dirigía. Gabriel no se dio cuenta de lo que Ximena estaba pensando; el camarero ya había traído una bandeja con frutas y bebidas delicadas. Cuando su mirada se posó en ella. Justo vio las largas y blancas piernas de Ximena debajo del albornoz. Su figura era excelente; cuando se sentaba, sus piernas se cruzaban naturalmente, lo que hacía que la línea de esas largas piernas fuera aún más atractiva... Gabriel desvió rápidamente la vista, apretó el puño y tosió levemente. Luego, decidió meterse al agua. Se dio la vuelta, de espaldas a Ximena, sin mirarla más. Sacó su teléfono y empezó a responder algunos