Capítulo 156
Él no le prestaba la menor atención.
Ximena también apartó la mirada con tranquilidad, como si realmente fueran unos desconocidos.
—Miguelito, ¿ustedes qué hacen aquí?
Julia se acercó levantando ligeramente el vestido, sorprendida al ver a Miguel sujetando la muñeca de Ximena; en sus ojos brillaba un destello de curiosidad.
Miguel soltó de inmediato y dijo: —¿Por qué no me avisaste antes? Podría haber ido a buscarte.
Julia entonces sonrió y, acercándose, rodeó la cintura de Miguel y se acurrucó en su pecho, diciendo con timidez: —No quería que te cansaras; anoche ya estuviste conmigo hasta la madrugada...
Ximena bajó la mirada con indiferencia.
Escuchó aquellas palabras, que eran claramente una declaración de propiedad, sin mostrar ninguna emoción.
Como si no tuviera nada que ver con ella.
Julia, sin embargo, miró a Ximena y, sonriendo, le dijo: —¿Hoy puedes quedarte un rato más? Va a haber una parte emocionante y necesitamos que estés presente.
Ximena la miró en silencio: —¿Qué parte?

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