Capítulo 180

Esta vez. Lázaro respondió a su pregunta: —Hay que esperar hasta después de treinta días, es una etapa específica. Carlos chasqueó la lengua: —Entonces, ¿eso significa que todavía tiene un mes más para aprovecharse? Diego, así es la normativa, debe de ser molesto para ti también. A Diego estos asuntos parecían no importarle; giró hacia Lázaro y le dijo: —Gracias por el esfuerzo, abogado Lázaro. ¿Comemos algo juntos luego? Lázaro aceptó. Carlos acabó convertido en chófer, y ya en el auto, de repente recordó algo y preguntó: —¿Por qué cambiaste de número de teléfono de repente? Diego, sin apartar la vista del teléfono, contestó: —Por motivos de trabajo. Carlos se encogió de hombros y no preguntó más. ... Ximena, en realidad, también sentía cierto apego por esa Villa La Estrella; cada detalle lo había decorado con cariño, pero también allí se acumulaban demasiados recuerdos desagradables. Aunque Diego le hubiera dado la casa, ella no pensaba mudarse de vuelta. Sin embargo... Allí aún qued