Capítulo 248
La voz de José no era ni alta ni baja.
Justo lo suficiente para que las dos mesas cercanas pudieran escuchar.
Todos, sin excepción, giraron la cabeza y miraron hacia Diego y Ximena.
Sus miradas mostraban una curiosidad intensamente exploratoria.
El rostro de Carmen cambió ligeramente. Miró hacia abajo, observando la muñeca de Diego, donde se asomaba su reloj, luego frunció el ceño y miró a Ximena en la mesa vecina.
Resulta que...
¿La astucia de Ximena ya ha llegado a tal extremo?
José también mostró una expresión difícil de describir. Un reloj de pareja, ese tipo de cosas son realmente demasiado obvias.
Los demás invitados no pudieron evitar bromear: —Qué casualidad, ¿no?
—Es cierto, el reloj de jefe Diego y señorita Ximena, lo he visto antes, es una edición limitada de pareja. Aunque también se venden por separado, hoy parece que tienen un destino.
Alguien en la mesa levantó la mano y dijo: —Yo creo que, aunque es una coincidencia que la señorita Ximena lo lleve, seguro que la señorit

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