Capítulo 252

Pablo caminó hacia José, lo miró de arriba a abajo y, con una ligera sonrisa, le dijo: —¿Cómo es que no sabía que te gusta discutir con las mujeres? José se quedó sin palabras por un momento, molesto respondió: —¿Eso es una discusión? Ya lo viste, esta mujer es irracional, hace algo mal y aún cree que no tiene ninguna culpa. Pablo alzó una ceja con delicadeza y preguntó: —¿La conoces bien? José se quedó callado. Pensó un momento. Parecía que... no tanto. Sin embargo, hizo una mueca y dijo: —No importa si la conozco bien o no, lo importante es que me encontré con ella queriendo ser la tercera en discordia. ¿Por qué una mujer que parece tan decente tiene una moral tan baja? —Dejemos de lado si es cierto o no.—Pablo se detuvo, con una sonrisa a medio camino entre la burla y la indiferencia.—Al final, es asunto de otros, no tuyo. ¿Por qué te molesta? José se quedó en silencio: —... Frunció el ceño lentamente. Pablo le dio una palmada en el hombro: —Vamos al jardín, Armando debe estar por l