Capítulo 42
De repente, Ximena se asustó.
Se apartó rápidamente.
Desde atrás, se escuchó la voz apresurada de una joven: —¡Perdón, hermana! Mi dron parece que tiene un fallo, no puedo controlarlo. ¿No te has lastimado?
Ximena se dio la vuelta y vio a una chica de unos cuantos años, vestida con un uniforme de hospital, con una cara de muñeca linda y fresca llena de disculpas.
Ximena negó con la cabeza: —No.
La chica suspiró aliviada: —¡Qué bueno! no sé qué pasó, de repente se descontroló.
Ximena miró el dron frente a ella y le entregó a la chica la caja de dulces que tenía en las manos: —¿Te importaría si te ayudo a revisarlo?
La chica se sorprendió: —¡No me importa!
Tomó los dulces de Ximena y, al ver las galletitas dentro, sus ojos brillaron.
Ximena apagó el dron y lo revisó: —Parece que el fallo está en el sistema de vuelo, no puede seguir la ruta preestablecida. Hay que ver si el giroscopio o el sensor necesitan calibrarse.
La chica la miró con admiración: —¡Hermana, eres increíble!
Ximena hizo

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