Capítulo 37
Al salir, Gonzalo, sin saber de dónde, sacó un caramelo y se lo ofreció a Lucía, escribiendo en una pequeña pizarra: [No te desanimes, incluso un 1% sigue siendo una posibilidad.]
Lucía lo aceptó, forzando una sonrisa aunque su rostro seguía pálido.
Carlos echó un vistazo al caramelo y comentó con tono neutro: —¿Desde cuándo te gustan los caramelos?
Gonzalo respondió casualmente: —Vienen muchos niños a mi consulta, suelen llorar mucho, los caramelos ayudan a calmarlos.
Carlos asintió y se marchó con Lucía.
Ella seguía inquieta, su mente no encontraba paz.
Temía que Alberto realmente no la dejara volver al hospital.
Sabía que si quería operarse, tendría que ahorrar por sí misma.
Alberto no pagaría por eso.
La cuestión del implante coclear había sido discutida antes por Fernando, quien incluso lo había mencionado a Alberto hace años.
Pero siempre había excusas para no seguir adelante.
Alberto dijo a Carlos: —Ve adelante, te agradezco que hayas traído a Lucía, pero quiero hablar a solas c

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