Capítulo 24
—¡Laura!
En mi aturdimiento, de pronto escuché esa voz tan familiar.
Miré hacia un lado, donde Ramón corría hacia mí, un poco sorprendida.
Él parecía furioso, como si le indignara profundamente verme con Jorge.
Ramón le dio una patada a Jorge, quien no estaba preparado en absoluto.
En el acto, él cayó al suelo.
Me apresuré a empujar con fuerza a Ramón y corrí a ayudarlo a levantarse.
Ramón parecía no haber esperado que yo llegara a ponerle las manos encima; por un instante, casi se cayó también sobre la arena de la playa.
En sus ojos había una expresión llena de asombro, y no pudo evitar llamarme por mi nombre. —Laura, ¿de verdad me empujaste por él?
No le hice caso y ayudé con cuidado a Jorge a ponerse de pie.
—Jorge, ¿estás bien? ¿Te lastimaste?
—No estoy herido, señorita Ángela. ¿Quién es él?
—Solo un amigo.
Ramón, que escuchó que yo le decía a Jorge que él solo era un amigo, se indignó de inmediato, avergonzado y enfurecido. Dio un paso adelante con la intención de seguir molestand

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