Capítulo 52
Bajo la sombrilla negra, Melchor solo alcanzaba a ver la mitad inferior de la cara del hombre.
El contorno, sin duda, era el de Bruno.
"¿Pero de verdad, en solo dos años en el extranjero, había cambiado tanto su porte?"
En ese momento, el semblante de Víctor no mostraba la misma frialdad y distancia con que le había hablado a él, sino una expresión serena y cordial.
Primero intercambió unas palabras con el hombre a su lado y, luego, fijó la mirada en Carolina.
El calor abrasador hacía que el aire se distorsionara; Melchor no lograba distinguir con claridad sus facciones, pero aun así alcanzaba a notar que se mostraba incluso más cercana y amable que cuando conversaba con aquel hombre.
De repente, Melchor recordó cómo Carolina había declarado con total franqueza que este proyecto lo había conseguido gracias a sí misma, y no gracias a él.
Las comisuras de sus labios se torcieron hacia abajo, incapaces de ocultar la ironía.
"Carolina, ¿realmente te vales de ti misma?" "¿O de Bruno?"
No er

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