Capítulo 1015
Lorena obtuvo una gran recompensa esa noche y se sintió muy satisfecha. Agradeció a los profesores presentes y, junto a Emilio, restauró los documentos del archivo antes de regresar a los Jardines de la Paz.
Cuando llegaron a los Jardines de la Paz y se acostaron, ya era de madrugada.
Los dos no habían dormido en toda la noche y, en ese momento, descansaban exhaustos en el sofá.
Emilio se dio la vuelta y acarició la cabeza de Titán, el perro que estaba a su lado. —Hermana, ¿qué planeas hacer? ¿Acabar pronto con todo esto y regresar a Norteamérica? Me imagino que Pedro ya no aguanta más; te llamó varias veces esta mañana.
Pedro ya no podía esperar más. No solo esa mañana, cada noche le enviaba decenas de mensajes. Entre los dos había una gran diferencia horaria, por lo que se notaba que él tampoco había descansado bien. Siempre le preguntaba cuándo regresaría.
Sin embargo, Lorena apenas llevaba algo más de una semana allí. ¿No le había dicho que se quedaría un mes?
Lorena respiró profun

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