Capítulo 1018

Alejandro se puso la ropa lentamente. —¿A dónde vamos? Andrea había sentido que algo no estaba bien, era como si estuviera bajo arresto domiciliario. Nadie sabía adónde habían ido los padres de Alejandro, y su teléfono había sido confiscado, por lo que no podía contactar a Lorena. Esa sensación de incertidumbre la tenía desconcertada. Alejandro se levantó de la silla. Aún no había sanado completamente de su herida, y estaba algo pálido. —¿No te gustaría quedarte conmigo? Andrea tragó saliva. Pilar le había dicho que se casara con Eduardo, y el tiempo se estaba agotando. Pero ahora Alejandro no la dejaba salir, y además la había llevado a la casa de Oscar y Pilar. Eso la ponía nerviosa. —¿Dónde están mis padres? He estado aquí tres días y no los he visto. Alejandro soltó una risa burlona, luego la abrazó suavemente. —No te preocupes por esos dos locos. Mientras hablaba, la abrazaba con fuerza. —¿Por qué no nos casamos? Andrea sintió un escalofrío, creyendo que había escuchado mal. —¿Qué