Capítulo 110
Yago solo sintió que lo invadía una vergüenza insoportable, como si alguien le estuviera apretando la garganta. Esa frustración, esa impotencia, le brotaron de golpe como una ola.
Aquella marca era, sin lugar a duda, una señal de un beso. Lorena había pasado toda la noche en la casa de campo de tío Pedro y ahora salía con eso... No hacía falta pensar mucho para entender el tipo de intimidad que habían compartido.
Debería estar furioso, pero lo que sentía en ese momento era, sobre todo, miedo.
Los labios le temblaban y la respiración se le volvió cada vez más entrecortada.
Lorena seguía cubriéndose el cuello con la mano. Su tono era completamente indiferente: —Fue un mosquito. ¿Qué tanto escándalo haces?
En su mirada había una pizca de desconcierto. Realmente no entendía por qué él se exaltaba tanto.
—¿¡Ah!?
Yago soltó una carcajada irónica: —¡¿Crees que soy imbécil?!
Si no supiera lo que eran esas cosas, tal vez le habría creído.
Pero había tenido relaciones con Gisela muchas veces; ¿c

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