Capítulo 1142
Leopoldo asintió y se sentó lentamente, con la espalda muy recta. —Señorita Lorena, usted es una amiga cercana de Yolanda, aunque los demás no lo sepan. Yolanda te apreciaba mucho. Eran buenas chicas, solían salir a escondidas con frecuencia. Yo la consentía, así que nunca la detuve. Lo que ocurrió no fue culpa tuya. Aquel año, los secuestradores capturaron a alguien. El primer mensaje que Yolanda envió fue para ti; el segundo, para mí, y después de eso, ya no hubo más noticias. Tú fuiste a rescatarla, pero nadie lo sabía. Tu aparición hizo que todos creyeran que lo que le pasó a Yolanda fue por tu culpa. En el mensaje que ella me dejó, me pidió que no revelara nada sobre lo que ustedes dos compartían.
La mirada sombría de Leopoldo se iluminó con una sonrisa que no mostraba desde hacía años. —Siempre le obedecí. Siempre tuve la sensación de que entre ustedes existía un secreto. Así que cuando la familia Castro te malinterpretó, yo guardé silencio. Sentía que ella no estaba muerta, aunq

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