Capítulo 114
La enfermera salió en ese momento, moviendo a Gisela.
Iba sentada en una silla de ruedas, con el rostro muy pálido, y al ver a Norma, las lágrimas le brotaron de inmediato.
—Mamá...
Norma sintió un dolor inmenso en el pecho y la abrazó con fuerza.
—Gigi, ya habrá más oportunidades en el futuro.
Gisela, con el rostro demacrado, forzó una sonrisa: —Sí, ya habrá más... Y no le guardes rencor a Lorena, fue culpa mía por no mantenerme de pie, ella no tuvo nada que ver.
Norma, al ver que incluso en ese momento Gisela seguía defendiendo a Lorena, solo pudo experimentar una oleada de ira.
—¡Basta ya! ¡No vuelvas a hablar en su favor! ¡Es por haberla consentido tanto estos años que se volvió tan insolente!
Norma la abrazó, y su mirada llena de desprecio se posó en Lorena.
—De verdad creo que tienes problemas mentales. Antes pensé en internarte en la Casa de las Flores, pero en un abrir y cerrar de ojos ya causaste todo este desastre. Haré que te lleven a un hospital psiquiátrico, ¡para que allí

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