Capítulo 1190
Lorena no tuvo más remedio que contar todo lo sucedido con Yesenia, y también relató lo que le pasó anoche cuando fue perseguida.
Lo de anoche fue realmente peligroso; si no fuera por su astucia, probablemente habría muerto al caer con el auto.
Una sombra de frialdad cruzó los ojos de Pedro y sus labios se apretaron con fuerza.
Lorena dejó el libro a un lado y se acercó a él, apoyando la mano en su pecho. —Ya está. De todas formas, Alberto se la llevó. Que no vuelva a entrar en esta villa y ya está; si no, dirán otra vez que no tengo tolerancia. Pedro, tú tampoco te metas. Quiero ver quién la manda y qué pretende con todo esto.
—No haré nada, pero me preocupa que te hagan daño.
La pequeña incomodidad en el corazón de Lorena desapareció al instante. —¿Daño? Para nada. La tomaré como una broma. Hace mucho que no me encontraba con métodos tan burdos; jugar un poco con ella no me viene mal.
Al ver que realmente estaba tranquila, Pedro la abrazó. —Si pasa algo, dímelo de inmediato, no te lo

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