Capítulo 1248

Elena aún confiaba bastante en ella, pero respecto a aquel hombre que estaba a su lado, todavía no sabía cuál era su verdadera identidad. Lorena en ese momento iba disfrazada de hombre y, todos los días, se encargaba de conducir para llevar a Elena a donde necesitara. Cuando volvió a sacar el auto, se toparon con ese tal Mauricio, tan irritante. El pasillo del hotel era tan estrecho que la mirada de Mauricio cayó inmediatamente sobre Lorena, y luego soltó una risa fría. —Mi hermanita sí que tiene muchos hombres a su alrededor. Digo yo, ya deberías buscarte uno y casarte, porque si te dejan hecha polvo, ¿quién se va a atrever a casarse contigo después? Cada vez que sales a divertirte, vuelves con un hombre distinto. Aunque este de ahora, la verdad... no luce nada mal. Mauricio alzó la mano para tocar la cara de Lorena, pero ella se incomodó y lo esquivó. En las comisuras de los labios de Mauricio apareció una sonrisa torcida, y su mirada empezó a recorrer el cuerpo de Lorena. —Hermanita