Capítulo 1254
Su primera llamada fue para Lorena. Ella contestó enseguida; ya había pensado que Pedro debía de estar en algún lugar sin señal, así que, desde su desaparición, no había dejado pasar ni una sola llamada.
—¿Cariño?
Pedro aún no había dicho ni una palabra cuando oyó ese apelativo; los ojos se le humedecieron al instante, y tragó saliva varias veces antes de lograr contenerse y no perder la compostura. —Mm —respondió con voz ronca.
—Qué alivio que estés bien. ¿Dónde estás ahora? Yo ya llegué a Tavrión. ¿Recuerdas lo que dijimos al principio? Si alguno desaparecía, el otro iría a Tavrión a buscarlo. En Norteamérica ya está casi todo solucionado. ¿Vas a venir a verme? Yo también tengo asuntos que atender aquí.
Lorena resumió toda la información importante en pocas frases. Pedro soltó un suspiro de alivio y solo dijo.
—Te extraño mucho. Hablaremos cuando nos veamos.
La mujer que estaba detrás de él escuchó esas palabras, y una sombra de celos cruzó velozmente por su mirada. ¿Con quién estaba

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