Capítulo 1309
Sus ojos se enrojecieron de inmediato. Inhaló profundamente y se arrodilló junto a la mesita.
—Hermano, desde que era niña, nunca te he pedido nada. Déjame quedarme con Lázaro, por favor.
Los ojos de Augusto reflejaban incredulidad. Entonces sacó una pistola y apuntó directamente hacia donde estaba Lorena.
—¿Sabes que así solo lograrás que él muera más rápido? Si papá se entera de tu actitud, este hombre estará aún más condenado. ¿Ya olvidaste las reglas de la familia Aguilar?
Estaba prohibido enamorarse de verdad. Ni siquiera Augusto podía romper esa norma. Por eso se relacionaba con muchas mujeres, pero jamás perdía la cabeza por amor. Todo era solo una fachada para el mundo exterior.
Teresa bajó la cabeza. Lo único que no quería era ver cómo se llevaban a Lázaro.
Pero Lorena logró zafarse de los dos guardaespaldas y corrió hacia ella, abrazándola con fuerza.
—Teresa, de verdad no me va a pasar nada. No hagas esto. No vale la pena que te arrodilles por mí.
Mientras la abrazaba, todo

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