Capítulo 1342
Lorena solo pudo recordarle que tuviera cuidado y que, si notaba algo extraño, debía llamarla de inmediato.
Después de esconder bien el celular, Benjamín se tocó la cabeza, específicamente la cofia de sirviente masculino que llevaba puesta, y volvió a mirar su reflejo en el espejo.
Llevaba puesto un vestido negro, encima un delantal blanco, y en la cabeza una cofia también blanca. Todo su aspecto coincidía bastante con ese estilo del que Lorena había hablado antes: muy delicado, casi femenino.
Pero había algo distinto. No sabía bien qué era, pero algo no encajaba del todo.
A Benjamín no le molestaba vestirse así. Lo que le incomodaba era la forma extraña en que Antonio lo miraba.
Dos días atrás, justo cuando se infiltró en ese casino, Antonio se había fijado en él.
Él no era muy alto, apenas mediría un metro ochenta. Benjamín, aunque joven, ya alcanzaba el metro ochenta y seis.
Como su objetivo era recabar información en el casino, que Antonio se interesara en él resultaba conveniente.

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