Capítulo 1344

—Está bien, señor Antonio, ¿quiere que investiguemos sus antecedentes? Los pasos de Antonio se detuvieron. Al pensar en la cara de Benjamín, arrugó la frente. —No hace falta. Se veía radiante, como un demonio que acabara de absorber la esencia vital de alguien. Antonio tenía una belleza sombría y deslumbrante. Por su forma brutal de actuar, nadie la relacionaba jamás con una mujer. Se sentó en su oficina y, al pensar en ese chico que había quedado en la cama, su estado de ánimo mejoró notablemente. Diecinueve años... Siete menos que ella. De verdad que tenía fuerza. Mientras hojeaba los contratos sobre el escritorio, escuchó a su subordinado Miguel decir. —Señor Antonio, ¿quiere que esta noche le prepare otra muda de ropa? Puedo encargarme. Antonio se acarició la barbilla, pensativa, y preguntó: —¿No será estudiante universitario, verdad? Después de todo, aún se veía muy joven. Miguel respondió con respeto: —No lo parece. Su musculatura está muy definida y tiene callos en las yemas de