Capítulo 1373

Antonio se llevó la mano a la frente y, de repente, se arrodilló. —Señor Marcos, ya se lo había dicho, me costó muchísimo capturar a esa persona. Quería obtener información útil, quería encontrar cuanto antes a Lorena y a Pedro, y así darle un poco de consuelo a mi hermano. Ya había advertido que solo yo podía interrogar a ese tal Benjamín, pero usted, tan solo unas horas después de mi salida, le dio ese permiso a Ángel. Evidentemente, confía más en él. En adelante, no participaré más en estos asuntos. Quiero tomarme un descanso de seis meses. Espero que usted, señor Marcos, me lo autorice. La cara de Marcos se tornó sombría. Sabía perfectamente que Antonio estaba realmente molesto. Y tenía razón. Él mismo no tenía justificación alguna. Pensaba que Ángel era de fiar, que no tenía un carácter impulsivo, pero al final fue y mató al testigo. Estaba tan furioso que todo su cuerpo temblaba, y lanzó con fuerza los documentos que tenía en la mano. —¡Ángel! Me has decepcionado completamente. T