Capítulo 137
Andrea observó el comportamiento exagerado de Gisela y luego miró a la serena Lorena. No pudo evitar murmurar en voz baja: —¿Eres el demonio?
Había ideado un plan tan retorcido que ni ella misma lo habría imaginado.
Pensaba lo mismo que Lorena: esta mujer definitivamente era de su estilo.
Gisela, con el cuchillo en la mano, ya estaba frente a Xavier.
Él, al ver las lágrimas en su rostro, sintió que todo lo que había hecho valía la pena. Incluso cerró los ojos.
—Gigi, sé que te están obligando. No gritaré. ¡Sé que tú también estás sufriendo por dentro!
Gisela apretó los labios, con los ojos llorosos y enrojecidos.
—Xavier, lo siento... De verdad lo siento.
—¡No tienes que disculparte! ¡Yo lo hago todo por voluntad propia! ¡No llores! ¡Verte llorar me rompe el alma!
En los ojos de Gisela brilló un destello de crueldad, y le clavó el cuchillo, aunque evitó herir órganos vitales.
Xavier soltó un gemido contenido, pero realmente aguantó el dolor sin gritar.
No quería perder la dignidad fren

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