Capítulo 1439

Aarón se acercó con una actitud afable. —Solo necesitas elegir unirte a nosotros y, mientras informes con sinceridad todo lo que ocurre aquí, podrás seguir sentado en esa posición. Has luchado por esto durante tantos años, incluso sacrificaste a la persona que más amabas... No querrás perder este puesto, ¿verdad? No tienes que decidir ahora mismo; tómate tu tiempo. Puedes estar tranquilo, tenemos pruebas contra todos los demás. Todos estamos en la misma situación. El hombre, al escucharlo decir eso, soltó un suspiro de alivio. Cuando todo un grupo se vuelve corrupto, la conducta de una sola persona deja de parecer importante. Regresó a su asiento y, pronto, vio que otro hombre de Llanoazul fue invitado a entrar. Cuando volvió, la cara de ese hombre también reflejaba incomodidad. Se puso nervioso. Luego fue el turno del hombre cubierto por una túnica negra. Cuando se levantó, tardó un par de segundos más que los demás. Entró por la puerta, pero al salir, el que tenía mala cara no era él