Capítulo 1483
Pedro tragó saliva, ya no podía resistir más la seducción de ella, y asintió.
Ambos se metieron en la bañera, Lorena ni siquiera alcanzó a salir antes de que todo comenzara. Detrás de la puerta, el sonido del agua resonaba con fuerza, como si fueran olas del mar.
Cuando la sacaron en brazos, habían pasado dos horas.
Una vez en la cama, Pedro todavía no la soltaba.
—Cariño.
—¿Qué pasa?
—Repite lo que dijiste.
—Es muy largo, ah...
Hasta las siete de la mañana del día siguiente, Lorena quería maldecir a ese hombre: era demasiado incansable.
Pero, hacía tanto tiempo que no se entregaban así, que decidió dejarlo pasar. Apoyó la cabeza de lado y se quedó dormida.
Pedro, en cambio, estaba lleno de energía. No había dormido en toda la noche y, aun así, se levantó, se puso ropa deportiva y se preparó para correr. Pero, al abrir la puerta, se encontró con Sebastián pasando por ahí.
Él dio un brinco repentino, como si Pedro fuera un virus y salió corriendo más rápido que un conejo.
Pedro, que est

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