Capítulo 1500
La cámara se desplazó hacia el lugar donde estaba sentado Emilio; él se encontraba entre el personal, destacando demasiado entre ellos.
Vestía de negro y hasta su semblante se veía sombrío. —No me falta el dinero.
Alicia puso mala cara y le hizo una seña con la mano. —Ay, ¿qué estás fingiendo? Si no te falta el dinero, ¿entonces, para qué trabajas como guardaespaldas? ¡Ven rápido, vamos, seis mil dólares! Cuando regresemos, te invito a una buena cena. Déjame decirte que mi tarifa por aparecer no es barata.
A Emilio no le gustaba la sensación de ser observado por todos y por las cámaras. Caminó hacia ella, mostrando lo poco que deseaba hacerlo.
A Alicia no le preocupaba nada de eso, se quedó a tres metros de distancia, sin intención de acercarse más.
Al ver que Emilio había abierto la llave del agua y había tomado un cepillo para perros y champú, no pudo evitar decir. —Emilio, veo que eres muy profesional lavando perros. ¿Tienes perros en casa?
Él sí era muy profesional lavando perros,

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