Capítulo 180
Cuando Lorena bajó del coche, Gisela ya se había marchado.
Entró en el mismo ascensor en el que Gisela había estado sentada momentos antes, y aún podía oler el fuerte aroma a perfume que impregnaba el interior. Evidentemente, Gisela se había arreglado con esmero ese día.
¿Había venido a ver a Yago?
Pero al revisar el grupo de trabajo en el chat, vio que Yago no había venido a la empresa en los últimos días.
Faltaban solo diez días para la boda de esos dos, y sin embargo, parecía que ninguno de los dos tenía prisa.
No fue a su propio escritorio, sino que entró directamente a la oficina de Pedro, con la intención de informarle de la situación.
La oficina estaba vacía. ¿Dónde estaba Pedro?
Caminó en silencio hasta la sala de descanso al lado, y justo cuando estaba a punto de tocar la puerta, escuchó su voz desde adentro.
—Yo tengo mi propio plan para esto, ustedes no se muevan precipitadamente. Ella ya no me rechaza tanto como antes, no arruinen todo.
—Yo tampoco tengo cómo evitarlo, con

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