Capítulo 249

Yago aún rondaba por la casa con aire despreocupado; solo cuando se aseguró de que no había rastro de ningún hombre en el interior, pudo por fin soltar un suspiro de alivio. —Lorena, ¿has comido ya? Vamos a comer fuera, ¿sí? —Yago, ya tengo novio. Mejor no vuelvas a buscarme, me da miedo que él se ponga celoso. El rostro de Yago se enrojeció de golpe, y todo su cuerpo comenzó a temblar de rabia. Aunque él no pudiera compararse con los hombres del círculo de los poderosos, ¡pero por qué iba a ser menos que un camarero! Al ver la seriedad con la que hablaba Lorena, se sintió profundamente agraviado. —¿Tienes conciencia? He soportado tanto por ti, ¿y tú terminas saliendo con un camarero? ¿Estás tan desesperada por tener un hombre? ¡¿Qué tiene él que no tenga yo?! Lorena contuvo su rabia con esfuerzo, evitando abofetearlo, y en su lugar señaló la puerta del salón. —Fuera. Yago apretó los labios, bajó la cabeza con algo de arrepentimiento. Si se había prometido a sí mismo tratarla bien... S