Capítulo 266
Tres horas después, llegó el auto de Pedro.
César llamó a Lorena, pero ella fingió no escuchar. De todos modos, Patricia iría a recogerlos.
Y efectivamente, fue Patricia. En cuanto vio a Pedro, gritó emocionada: —¡Tío Pedro!
Corrió hacia él y se aferró a su brazo.
—Se lo pedí especialmente al abuelo, esta vez vine contigo en este viaje de trabajo. No se te ocurra despreciarme.
Pedro dirigió la mirada hacia la distancia, pero no vio a Lorena.
César, a su lado, enseguida tomó el celular y volvió a llamar a Lorena.
—Señorita Lorena, el jefe Pedro ya ha llegado. ¿Ya viene usted?
Lorena fingió un bostezo. —Ay, lo siento, me quedé dormida. Ustedes ya deben estar instalados, ¿verdad? Yo ya no voy. Nos vemos mañana temprano cuando vayamos al sitio.
César quería decir algo más, pero ella colgó.
Cuando Patricia escuchó que Lorena también estaba allí, su expresión se volvió feroz en un instante. ¿Por qué el tío Pedro la llevaba a todos lados? ¿Será que Gigi tenía razón y el tío Pedro de verdad se

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