Capítulo 293
La voz de Juan sonaba muy cansada, pero aun así se esforzaba por mantenerse firme. —Lorena, quiero estar contigo. Si pasa algo, podremos cuidarnos mutuamente.
—No hace falta. Tú sigue revisando los documentos y memoriza todo ese material.
Juan quiso replicar, como solía hacerlo antes, pero al recordar algo, cerró lentamente los labios. —Está bien. Pero cuídate mucho.
Ahora Javier odiaba a Lorena con toda el alma. Tal vez tomaría medidas ilegales.
Lorena pensaba descansar, pero en lugar de eso, se levantó de inmediato y fue a la sala. Encendió el ordenador y continuó investigando a ese alto directivo que tenía el siete por ciento de las acciones.
Lo que ella no sabía era que, en ese momento, dicho directivo estaba arrodillado al lado de un hombre, temblando de miedo.
No sabía a quién había ofendido ni por qué lo habían llevado hasta allí.
Las piernas le flaqueaban y, al percibir el intenso olor a sangre en la habitación, sintió que se le erizaba el cuero cabelludo.
La garganta se le cer

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