Capítulo 311
Lorena se despertó en el auto y, al llegar a casa, volvió a dormir hasta el día siguiente. Después se dio un baño y, al ver su reflejo en el espejo, notó que por fin volvía a tener buen aspecto; así que finalmente se animó a llamar a Pedro.
—Jefe Pedro, ¿estás libre esta noche? Quisiera invitarte a cenar.
La noche anterior ya había reservado el restaurante y, además, revisó con antelación el menú: no había mariscos, todo estaba seleccionado conforme a los gustos de Pedro.
Pedro sostenía el teléfono sin decir palabra.
Lorena pensó que quizá no tenía tiempo, y justo cuando iba a decir algo, lo oyó responder: —Don Iván me ha vuelto a organizar una cita.
Lorena se quedó helada. Si Don Iván ya se había enterado de lo que ella le había dicho a Pedro antes, entonces debía saber perfectamente que ahora estaban juntos. Sin embargo, aun así seguía organizando citas para Pedro; eso solo podía significar una cosa: la familia Guzmán no aceptaba a Lorena.
Lorena ya había dicho que iba a proteger a P

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