Capítulo 334
Al volver a subir al autobús, rápidamente fue a buscar a unos estudiantes de la Universidad Costadorada y les preguntó, enseguida supo el nombre de aquel genio.
Cuando por fin logró encontrarse con él y vio a esa persona sentada en silencio, leyendo en su lugar, sintió que su mente se volvía un poco confusa.
—¿Carmelo Díaz?
Lo llamó en voz alta.
Carmelo levantó la cabeza del libro, la miró y parpadeó, luego volvió a bajar la mirada rápidamente.
En ese momento, Lorena realmente deseó poder sacar a Juan, ese idiota, para darle otra paliza. Resultó que el compañero al que Juan había intimidado en el pasado era justamente este genio en inteligencia artificial.
Se acercó rápidamente y se sentó a su lado: —¿Hay alguien sentado aquí? Me gustaría hablar contigo un momento.
El rostro de Carmelo se mantenía sumamente sereno, parecía que tampoco le gustaba hablar mucho: —No, no hay nadie.
Lorena, una vez sentada, fue directo al grano: —Te queda solo un año para graduarte, ¿tienes algún plan para

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