Capítulo 369
Cuando bajó, no se marchó de inmediato. Sentía que había visto antes a esos dos, pero no lograba recordar dónde.
Se llevó la mano a la frente, masajeándose las sienes. Cuando iba a levantar la mano para pedir un taxi, un auto deportivo se detuvo frente a ella.
Era Patricia.
Ella llevaba unas enormes gafas de sol. Pasaba por allí y, al verla, se quitó las gafas. La mirada y la expresión rebosaban de arrogancia.
—Lorena, ¿cómo es posible que te encuentre en todas partes?
Ella no respondió; se hizo a un lado unos pasos, intentando parar un taxi, pero Patricia retrocedió varios metros a propósito para interponerse en su camino.
Los labios de Patricia se curvaron. Con la mano, giró las gafas de sol entre los dedos.
—¿Te has quedado sorda? ¿No oyes cuando te hablo? Ahora que sabes que tengo a tío Pedro de mi lado, ya no te atreves a meterte conmigo, ¿verdad?
Lorena se molestó, sacó el celular y miró la pantalla. —¿Ya terminaste de hablar?
Ya le había hecho perder tres minutos.
El rostro de P

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