Capítulo 558
Ana retiró la mano y respiró hondo. —No te equivocas, eres subordinado de Pedro y es natural que sigas sus órdenes. Sin embargo, cuando lanzaste la bomba de humo hace un momento, casi lastimas a Doña Claudia. Ella también es alguien a quien Pedro aprecia, ¿cómo es que sigues sin mejorar nada?
Cuando dijo la última frase, de repente se echó a reír y volvió a preguntar: —¿No te dolió la cachetada que te di? No usé mucha fuerza.
—No, no dolió.
Ana lo miró, algo intrigada, preguntándose por qué le gustaba tanto vestirse de negro y nunca mostraba su verdadera cara.
Su relación con él había sido bastante peculiar desde el principio. Desde pequeña, había sido criada para ser la esposa de Pedro, así que tenía acceso libre a todos los lugares importantes de la familia Guzmán.
Hace diez años, por casualidad, conoció a un joven que siempre se ocultaba en la oscuridad, como la sombra de alguien, envuelto completamente de pies a cabeza.
Si lo pensaba bien, llevaban ya diez años conociéndose.
Ella f

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