Capítulo 584
En Jardines de la Paz, Pedro se durmió abrazando la ropa en sus brazos, pero esa táctica parecía haber perdido su efecto; estuvo en vela hasta el amanecer.
No fue sino hasta que escuchó el sonido de golpes en la puerta afuera que los sirvientes empezaron a persuadirlo.
—Señor Pedro, debería comer algo.
Llevaba tres días sin comer; ¿qué pasaría si se desmayaba de hambre?
Los sirvientes no sabían exactamente qué había pasado entre él y Lorena, así que solo pudieron mencionarla a ella.
—La señora Lorena sigue preocupándose por usted, recuerda exactamente a qué es alérgico, y cuando la señora Lorena está en casa, cada noche espera a que usted regrese. Pregunta muchas veces al día cuándo volverá. Aunque usted haya discutido con la señora Lorena, no debería maltratar así su cuerpo. La señora Lorena seguro que se sentiría dolida.
Pedro, con los ojos cerrados, escuchó esto sin mostrar ninguna expresión.
Ella no se preocuparía por él.
Ojalá él estuviera muerto.
Sintió un dolor sutil y persisten

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