Capítulo 678
Lorena se levantó, y en su mente volvieron a pasar algunas escenas, eran fragmentos de cuando conoció a Emilio.
Pero en todos esos recuerdos, curiosamente, no aparecía la persona que en este tiempo había estado más cerca de ella.
Miró a Emilio y, sonriendo, preguntó: —Hermano, ¿vas a ir?
Emilio no encontraba nada extraño en Lorena; mientras ella siguiera llamándolo "hermano", Lorena seguiría siendo la hermana más adorable del mundo.
—¡Por supuesto que voy! Tengo un helicóptero. Me pones muy triste... ¿No dijiste que querías un helicóptero incrustado con gemas? Pues lo traje, y ni siquiera me elogias.
Cuando Lorena y los demás salieron, vieron que aquel helicóptero casi cegaba a cualquiera que lo mirara.
Bajo el resplandor del atardecer, el fuego de los diamantes brillaba con intensidad.
Ella no pudo evitar frotarse los ojos y preguntar: —¿De verdad voy a usar esta cosa?
—¡Claro! ¿No te parece bonita?
Su tono se volvió cauteloso.
Lorena curvó levemente los labios y se dirigió hacia el h

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