Capítulo 681
Silvio parecía no notar el cambio en sus emociones; con una ligera curva en los labios, miró hacia Salvador, que se acercaba.
Salvador era alto, muy llamativo entre la multitud, y le saludó de manera proactiva: —Señor Silvio.
—Señor Salvador, cuánto tiempo sin vernos.
Salvador percibió que Pedro no estaba bien y sonrió. —Pedro no se ha sentido muy bien estos días, habla poco.
—No pasa nada, lo he visto un par de veces antes, siempre ha sido así.
No lo dijo con burla, solo estaba exponiendo un hecho.
Pedro comenzó a toser de repente; tosió solo dos veces y luego levantó la cabeza. —... ¿Dónde está ella ahora?
La sonrisa en los ojos de Silvio se atenuó un poco; después de todo, la postura de la familia Guzmán en el extranjero era clara: querían un matrimonio para consolidar relaciones.
Y como la familia Guzmán en el extranjero tenía en la mira a Pedro, la probabilidad de que él heredara la posición de sucesor era de un noventa por ciento.
La hija de la familia Hernández no podía casarse

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