Capítulo 780
Lorena esperó hasta que el dolor disminuyera para incorporarse lentamente, sentía el cuerpo empapado en sudor.
Sus labios estaban pálidos y, aunque seguía escuchando la voz de Yago, no lograba entender con claridad lo que decía.
Yago, al verla finalmente de pie, repitió la pregunta: —¿Aceptas o no?
Lorena estaba a punto de responder cuando escuchó la voz de Josefina.
—Lorena, hay algo que quiero contarte. Estos días, mientras te cuidaba en Jardines de la Paz, descubrí un secreto. ¿Recuerdas esa pulsera de frijoles que le regalaste a tu novio? La vi en el cajón del despacho del señor Pedro. También vi un anillo, uno que es pareja del mismo modelo que tú llevas puesto. Supongo que también era parte del par que le diste a tu novio. No sé cómo es que él tiene esas dos cosas, y tampoco me atrevo a sacar conclusiones precipitadas. Solo te digo que tengas cuidado. ¡No quiero que me salves! ¡Tú misma estás toda herida ahora!
Mientras hablaba, fue desatando las cuerdas que la sujetaban. —Lorena

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