Capítulo 941
A Ariel, tan necio como era, le encantaba ir a La Arena del Minotauro; cada vez que iba terminaba perdiendo varios cientos de miles de dólares. Desde que Mario y Manuela se enteraron de que solía frecuentar La Arena del Minotauro, comenzaron a controlar estrictamente sus gastos.
Lorena más o menos entendió cómo debía enfrentarse a Ariel.
Esa noche, esperó en la cama hasta las diez, pero Pedro seguía sin regresar; solo le envió un mensaje diciéndole que se durmiera primero.
Lorena tampoco podía conciliar el sueño, así que, acompañada de Emilio que llevaba una máscara, fue a vigilar a Ariel.
En ese momento, Ariel abrazaba a dos mujeres hermosas y bebía en un bar de la zona.
Una de ellas, incapaz de soportar el olor grasiento que él desprendía, se levantó y fue al baño.
Lorena también se levantó y la siguió; cuando la mujer estaba retocándose el maquillaje frente al espejo, Lorena sacó un fajo de dólares.
—Haz que ese hombre vaya luego a La Arena del Minotauro y dile que esta noche hay me

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