Capítulo 988

Pilar estuvo un rato golpeando la puerta, pero al ver que Alejandro realmente no tenía intención de abrir, se marchó. Andrea seguía muy cansada; con los ojos cerrados pensaba dormir un poco más, pero Alejandro no era alguien que pudiera quedarse quieto. Con la yema de los dedos le dio unos toquecitos en la espalda a Andrea. —Entonces, ¿qué es lo que piensas en realidad? Cada vez que él sentía que estaba a punto de perder la esperanza, Andrea se acercaba por voluntad propia, haciéndole creer que aún la tenía. Andrea no le respondió y mantuvo los ojos cerrados, así que Alejandro apoyó la barbilla sobre su hombro. —Andrea, ¿qué te pasa hoy exactamente? Ella se giró y lo miró fijamente. —Quiero investigar lo que ocurrió con mis padres. Alejandro arqueó una ceja. Ella nunca había mencionado a sus padres, ¿por qué lo hacía de repente? ¿Sería por aquella llamada de Lorena? Él la abrazó. Investigar aquello no sería difícil, al menos no para él. —¿Lorena también te llamó? —Sí. Ahora ya no neces